La palabra latina addictus servía para designar en tiempos muy antiguos a un tipo muy concreto de esclavo: al que al principio era un hombre libre pero había sido adjudicado a otro mediante un acto legal. La adicción es ese acto que te somete a otra voluntad. La medicina y el derecho se han esforzado por establecer fronteras legales que tengan a las sustancias que nos someten fuera del alcance de las “buenas conciencias”. Pero estas fronteras son difusas, hacen parecer científico lo que en realidad es arbitrario. La línea que divide lo legal de lo ilegal sólo separa el territorio del poder de quienes trafican con las drogas que nos esclavizan.
Continua...
No hay comentarios:
Publicar un comentario