Una cena memorable
Issei Sagawa nació un 11 de Junio de 1949 en un
Japón desolado y hambriento tras la guerra. Pese a nacer en el seno de
una familia de empresarios acaudalados, en los primeros años de su
infancia conoció muy de cerca la cultura de la “supervivencia” en su
país. Era un niño pequeño y de aspecto débil y enclenque. El mismo se
autocalificaría años después como: “pequeño, feo, con manos pequeñas y
pies diminutos”.
Con tan solo cinco años, unas terribles pesadillas
atormentaban al pequeño Issei todas las noches. En sus pesadillas se
veía a él mismo en el interior de una enorme cacerola con agua
hirviente. Trataba de huir, pero no lo conseguía y, lentamente se cocía
dentro del agua hasta que alguien lo sacaba de allí, pero no para
salvarlo, si no para devorarlo sin compasión.
Estas pesadillas infantiles lo traumatizaron profundamente y fueron la mecha de sus posteriores actos caníbales.
Sagawa tenía dos grandes pasiones, el Sushi y las
mujeres occidentales. Le volvían locos aquellos cuerpos esculturales que
veía de vez en cuando por las calles de Tokio. Altas, rubias, esbeltas…
pero lo que más idolatraba era su piel… su piel blanca, suave y tersa.
No lo podía resistir y no tardó en trazar un plan para poder estar
rodeado de esas mujeres con las que el soñaba.
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