El 18 de noviembre
de 1978, el mundo se estremecía con las imágenes del suicidio de 913
estadounidenses, miembros de la secta Templo del Pueblo. El relato de una sobreviviente.
El fanatismo al reverendo Jones
terminó en una tragedia.
Creía ser la reencarnación de Lenin, Jesucristo y Buda. |
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Inclusive, a pesar de sus esfuerzos, estos sobrevivientes no han podido reunir el dinero suficiente para construir un monumento en memoria de las víctimas. Hombres, mujeres y niños que siguieron a su líder espiritual Jim Jones para levantar un mundo ideal en la selva de Guyana.
La colonia agrícola, bautizada Jonestown y que fue fundada en 1973, era para algunos el paradigma de la felicidad multirracial, con pretensiones igualitarias y dominada por un cuarentón con enorme carisma e ideas marxistas que creía ser la reencarnación de Lenin, Jesucristo y Buda. Jim Jones no sólo era fiable, además era rico y estaba ligado a algunos políticos californianos. Contaba entre sus amistades a Rosalyn Carter, la esposa de Jimmy Carter, presidente de Estados Unidos entre 1977 y 1981. Y al legislador estatal Willie Brown, actual alcalde de California.
Continua
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