Hércules es el héroe máximo de la mitología clásica, tebano denacimiento y, durante parte de su vida, también de residencia, aunque
tirintio o miceneo por su familia. En cuanto a la transición española de
su
nombre, es recomendable la forma “Hércules” más bien que la forma
“Heracles”. Hércules, hijo de Zeus, es el último héroe que este
engendra
en mujer mortal, al enamorarse de Alcmena, la hija de Electrión, a
la
que encontrándose ella en Tebas, engaña presentándosele con la figura
corporal de Anfitrión. Alcmena, establecida en Tebas con Anfitrión, no
había
consentido en consumar su matrimonio con Anfitrión hasta que éste
ejecutara
la campaña de castigo contra los Teléboas que Electrión no había
podido
llevar a cabo. También Anfitrión, tras el episodio de la zorra de
Teomeso,
había partido hacia Tafos y, gracias a la traición de Cometo,
había
conseguido una total victoria contra Pterelao y los Teléboas.
Emprende,
pues, Anfitrión su triunfal regreso a Tebas, pero cuando está ya
cerca de la
ciudad, cuando Zeus, enamorado de Alcmena, se presenta a ella
haciéndose
pasar por Anfitrión, le cuenta que ha cumplido victoriosamente
la misión de
castigo contra los teléboas que ella le había exigido (por ser
los matadores
de los hermanos de Alcmena), y logra así que Alcmena le
reciba en su lecho,
creyendo que es Anfitrión y consintiendo por fin en la
consumación del
matrimonio: engaño de los más célebres de toda la mitología
clásica.
Se Feliz.
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