Su muerte a los 46 años se produjo ante los ojos del público cuando fue tiroteado en la ciudad de Dallas (Texas) mientras se trasladaba en una limusina presidencial descapotable y saludaba a la multitud en compañía de su esposa Jacqueline.
Ese momento, que dio origen a decenas de teorías conspirativas -a lo que contribuyó la muerte de su asesino, Lee Harvey Oswald, dos días después- fue capturado para la posteridad gracias a las imágenes grabadas por el transeúnte Abraham Zapruder, que ayudaron a convertir el suceso en un hecho icónico.
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