Ya muy entrada la noche del 2 de agosto del año 1981, un carguero de bandera hongkonesa que surcaba las peligrosas aguas de la Bahía de Bengala terminó encallando en un arrecife de coral sumergido. El barco, apodado el Primrose, resultó irremediablemente atascado. Pero afortunadamente no había peligro de que se hundiera, así que después de un rutinario aviso por radio, el capitán ordenó a la tripulación prepararse para unos días de espera hasta que llegara el apoyo.
En la mañana siguiente, apenas comenzó a iluminar el Sol, los marineros pudieron ver una isla a unos cientos de metros del arrecife. La suposición fue que estaba deshabitada, dado que no había signos de edificaciones, caminos u otras señales de civilización alguna. Solamente una primitiva playa y detrás de ésta una densa selva. La playa parecía el lugar ideal para esperar al rescate, pero el capitán ordenó a sus navegantes permanecer a bordo del navío. Estaban en plena temporada de monzones, y al capitán le preocupaba perder a sus hombres en el mar agitado a bordo de pequeños botes salvavidas. O quizá había descubierto que aquella pequeña isla más allá del arrecife era, de hecho, Sentinel del Norte – la más mortal de las 204 islas que conforman las Islas Andamán.
Continua
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