Jovenes Mayores De 40
domingo, 10 de abril de 2016
viernes, 1 de abril de 2016
sábado, 26 de marzo de 2016
domingo, 13 de marzo de 2016
sábado, 5 de marzo de 2016
Trabajos de nuestros amigos 8
Luis Hernandez
Hola buenos dias. Quería darte las gracias porque para
mi como para muchas personas más has sido sin saberlo un maestro con
los tutoriales de el canal paso a paso me has ayudado en cantidad de
proyectos gracias de antemano.
Estos son los trabajos que he
realizado gracias a todo lo que he aprendido en sus excelentes
tutoriales gracias de verdad muchas gracias de parte de mi esposa, hijo y
mía. El día que se le ofrezca algo con toda confianza vivo en Atizapan
recuerde que tiene un amigo por acá
viernes, 24 de julio de 2015
La estatua en la habitación
Estaba una mujer con su amante y de repente oye que el marido abre la puerta.
– ¡Date prisa! – le dice al tipo – ¡Quédate de pie en la esquina!
Rápidamente le frota aceite de bebé por todo el cuerpo y luego le espolvorea con polvos de talco.
– No te muevas hasta que te lo diga, le susurra ella, simula que eres una estatua.
– ¿Qué es esto, querida? – le pregunta el marido al entrar.
– ¡Ah, sólo una estatua!, responde ella con naturalidad-, los Pérez compraron una para su dormitorio, me gustó tanto que compré una para nosotros también.
No se habló más sobre la estatua, ni siquiera por la noche cuando se metieron en la cama. A las dos de la madrugada, el marido se levanta, va a la cocina y vuelve con un sandwich y un vaso de leche.
– Toma, le dice a la ‘estatua’, come algo. Yo me estuve como un idiota durante tres días en el dormitorio de los Pérez y nadie me ofreció ni siquiera un vaso de agua.
– ¡Date prisa! – le dice al tipo – ¡Quédate de pie en la esquina!
Rápidamente le frota aceite de bebé por todo el cuerpo y luego le espolvorea con polvos de talco.
– No te muevas hasta que te lo diga, le susurra ella, simula que eres una estatua.
– ¿Qué es esto, querida? – le pregunta el marido al entrar.
– ¡Ah, sólo una estatua!, responde ella con naturalidad-, los Pérez compraron una para su dormitorio, me gustó tanto que compré una para nosotros también.
No se habló más sobre la estatua, ni siquiera por la noche cuando se metieron en la cama. A las dos de la madrugada, el marido se levanta, va a la cocina y vuelve con un sandwich y un vaso de leche.
– Toma, le dice a la ‘estatua’, come algo. Yo me estuve como un idiota durante tres días en el dormitorio de los Pérez y nadie me ofreció ni siquiera un vaso de agua.
martes, 14 de abril de 2015
Li Ching Yuen, el hombre que vivió un cuarto de milenio
Según consta en documentos oficiales chinos, Li murió a la increíble edad de 256 años. Obituarios de 1933 publicados por el The New York Times informan que Yuen “enterró a 23 esposas y tuvo 180 descendientes”.
Según la información del corresponsal del New York Times de aquella época, el propio Li aseguró que había nacido en el año de 1736 y, por lo tanto, a la fecha de su deceso tendría 197 años. La historia de los 256 años tuvo sus orígenes con el jefe del departamento de educación de la Universidad Minkuo, el profesor Wu Chung-chien que aseguró haber encontrado registros donde se constataba que, de hecho, Yuen había nacido en 1677 y que el Gobierno Imperial Chino lo había felicitado tanto en su aniversario 150, como cuando cumplió los 200 años.
Cinco años antes del fallecimiento de este personaje, un corresponsal de la misma publicación escribió que muchos de los vecinos más longevos de Li aseguraban haberlo conocido cuando eran unos niños, y que para ese entonces ya era un hombre adulto.
Según el artículo de 1933, “muchos de los que tuvieron oportunidad de verlo recientemente declararon que la apariencia de su rostro no distaba mucho de la de una persona doscientos años más joven”.
La verdad tras esta leyenda es que se sabe muy poco sobre la infancia y juventud de Li. Supuestamente nació y murió en la misma provincia, fue a la escuela hasta que cumplió 10 años y más adelante se dedicó a recorrer diversos territorios chinos para recolectar hierbas. La foto que acompaña este artículo es la única imagen conocida del hombre. Fue tomada en Sichuan en 1927, durante una visita de un amigo cercano, el general Yang Sen. Se dice que Yang Sen estaba muy interesado en el elixir de la juventud de Li, pues a pesar de su avanzada edad aparentaba juventud y vigor. Esta foto mostraría a Li después de vivir un cuarto de milenio.
Fuego Con Fuego 2
Wilfredo
El teléfono sonó. Solo la familia tenía este número y Wilfredo no conocía el que aparecía en el identificador de llamadas, levanto la bocina y escucho a Vanessa. Colgó molesto y por el intercomunicador, ordeno que un par de sus hombres fueran a recoger a su hija de inmediato. Se echó hacia atrás en su silla y observo el plafón de su oficina, mientras temblaba de rabia. Vanessa no era su única hija, este era su tercer matrimonio y en los dos anteriores también había procreado, pero Vanessa le recordaba mucho a su propia madre y le hacía sentir un amor especial y consintiendo a esta, intentaba retribuir las penas de aquella.
Wilfredo nació y creció en un barrio popular, allá al sur del continente. Apenas aprendió a leer y escribir. Desde pequeño pasaba más tiempo en la calle que en su casa, aprendió a sobrevivir y cuando logro acomodarse en el cartel local, se mostró leal y eficiente, fue madurando y escalando posiciones, nunca lisonjeo a un superior pero tampoco se negó a cumplir órdenes, se ganó el respeto de sus superiores tanto como el de sus subordinados y cuando el cartel se expandió en el continente, él fue el elegido para representarlos y asentarse en este país.
Los muchachos se reportaron, ya tenían salva a la niña y habían mandado a la chingada al pinche noviecito puto. Cuando Vanessa llego, le pidió le relatara nuevamente el asalto y cuando ella decidió narrar el abuso de que fue víctima, el estallo en furia. Su hija no era una santa, seguro cogía desde tiempo atrás, pero debía ser ella quien decidiera quien le podía agarrar las nalgas. – ¿Llego el zurdo?-Pregunto.
- Ya salió. Señor.
- Llámalo y que regrese de inmediato.
Siguelo en Escuchando Al Pasado
El teléfono sonó. Solo la familia tenía este número y Wilfredo no conocía el que aparecía en el identificador de llamadas, levanto la bocina y escucho a Vanessa. Colgó molesto y por el intercomunicador, ordeno que un par de sus hombres fueran a recoger a su hija de inmediato. Se echó hacia atrás en su silla y observo el plafón de su oficina, mientras temblaba de rabia. Vanessa no era su única hija, este era su tercer matrimonio y en los dos anteriores también había procreado, pero Vanessa le recordaba mucho a su propia madre y le hacía sentir un amor especial y consintiendo a esta, intentaba retribuir las penas de aquella.
Wilfredo nació y creció en un barrio popular, allá al sur del continente. Apenas aprendió a leer y escribir. Desde pequeño pasaba más tiempo en la calle que en su casa, aprendió a sobrevivir y cuando logro acomodarse en el cartel local, se mostró leal y eficiente, fue madurando y escalando posiciones, nunca lisonjeo a un superior pero tampoco se negó a cumplir órdenes, se ganó el respeto de sus superiores tanto como el de sus subordinados y cuando el cartel se expandió en el continente, él fue el elegido para representarlos y asentarse en este país.
Los muchachos se reportaron, ya tenían salva a la niña y habían mandado a la chingada al pinche noviecito puto. Cuando Vanessa llego, le pidió le relatara nuevamente el asalto y cuando ella decidió narrar el abuso de que fue víctima, el estallo en furia. Su hija no era una santa, seguro cogía desde tiempo atrás, pero debía ser ella quien decidiera quien le podía agarrar las nalgas. – ¿Llego el zurdo?-Pregunto.
- Ya salió. Señor.
- Llámalo y que regrese de inmediato.
Siguelo en Escuchando Al Pasado
Fuego Con Fuego 1
“El Brayan”
Se conocían de toda la vida, de los tres, el “Brayan” fue siempre el más listo y cuando se decidió por delinquir lo demostró siendo quien organizaba los asaltos. El “Gero” era el “aventado” y si algo se complicaba, sabia usar la violencia sin dudar, el “Ardilla” quien completaba el trio de malandrines, era el menos confiable pero era muy hábil despojando de sus pertenencias a las víctimas que caían en sus manos.
Una mañana el “Brayan” despertó con un esbozo de idea y camino hasta la calle de cananas, que era preferida por muchos conductores para entrar en la colonia, dada su amplitud y por otros para acortar camino hacia la autopista ya que tenía menos tráfico que avenida revolucionarios. El “Brayan” estuvo observando cada bocacalle por varias horas, silencioso y concentrado apenas contestaba con un movimiento de cabeza los saludos de algunos vecinos. A media tarde regreso a su casa y llamo a sus cómplices, ya sabía que rumbo tomaría la banda.
Vanessa
Era la niña mimada de Papa, llego al país a los dieciséis años y tenía tres viviendo en México con su familia. No sufría escases económica y tampoco le preocupaba el origen de la fortuna de su padre, Ella se enfocaba en disfrutar al máximo.
Aquel martes, viajaba en el auto de su novio en turno, un auto deportivo de lujo, cuando salieron de su zona residencial y se dirigieron a la zona popular, Vanessa pregunto intrigada.- ¿A dónde me llevas?
- Vamos de rapidito, a una “Tiendita” que está muy bien surtida- Respondió Poncho, su “Peor es nada”.- Este cuate vende de todo y de muy buena calidad, vas a ver.
Cuando salieron de Avenida Revolucionarios y mientras avanzaban el par de cuadras que los separaban de Cananas, Vanessa sintió un ligero desasosiego, intento tranquilizarse atribuyéndolo al desconocimiento de la zona, pero si “Poncho” había estado aquí antes, ella no tenia de que preocuparse, Al girar el auto para tomar la calle de Cananas observo a un hombre como de veintitantos, con chamarra de piel negra, bajar de la banqueta para atravesar la calle y de pronto detenerse a medio arrollo y apuntarles con una pistola, mientras les ordenaba detenerse.
En la esquina de Cañones y Cananas, recargado en una caseta telefónica esperaba el “Gero” con una treinta y ocho en el hueco de la espalda, oculta por la camisa tipo “Guayabera” que usaba con este fin, Frente a él, sentado en una banca de concreto en el camellón estaba el “Ardilla”, dispuesto a entrar en acción en cuanto “Brayan” Detuviera algún auto.”Brayan” situado unos veinte metros de sus amigos, esperaba el auto indicado. Su comprador el “Gallo” les pagaba ocho mil pesos por auto pero debían ser autos de más de trescientos mil en factura.”Brayan “repartía un cincuenta por ciento para él y un veinticinco para cada uno de sus socios, si a eso le sumabas la ganancia por las pertenencias de los asaltados, el negocio era redondo.
El “Gero” observo el movimiento de “Brayan” y corrió hacia el auto que se detenía unos metros adelante, sacando la pistola, mientras escuchaba a “Brayan” instar.- Bájense, hijos de su chingada madre. Bájense o se mueren. -La puerta del copiloto se abría lentamente y una chamaca trataba de bajar con movimientos robóticos, esto sucedía muy a menudo, los “Clientes” se “Shockean” y se vuelven torpes, alguien tiene que activarlos. Llego junto a la chica y de un empellón la ayudo a tenderse en el piso boca abajo como “Brayan” exigía a gritos. Recorrió el cuerpo de la chica con la vista y poniéndole un pie en la cintura le retiro rápidamente aretes, esclava y un collar, de reojo vio un pequeño resplandor en el tobillo de Vanessa, era una delgada cadenita de oro.- Que coqueta eres, mamacita- Dijo “Gero” y girando le recorrió las piernas desde los muslos hasta el tobillo, la despojo de la alhaja y en un rápido movimiento introdujo la mano bajo la falda y le apretó las nalgas con placer.
Vanessa sintió la invasión a su intimidad y en un acto reflejo apretó los músculos y trato de defenderse tirando patadas, el “Gero “se rio y pasando sobre ella se introdujo en el auto, simultáneamente, se escuchó el sonido de las otras portezuelas al cerrarse, el auto se puso en movimiento y en unos instantes desapareció de su vista.
Algunas personas observaban desde lejos y ella sintió una enorme vergüenza se arrodillo y lentamente se puso en pie. El ver a poncho aun tirado boca abajo le produjo un sentimiento de rabia hacia el por no haber intentado defenderla en ningún momento, pero al escucharlo pedirle que no se levantara, que era peligroso, su rabia se convirtió en asco, se preguntó como pudo dejar que ese maricon le hiciera el amor.
Vio una tienda de abarrotes y hacia allá se dirigió, de pronto comprendió que su bolso y demás pertenencias se fueron en el auto y se sintió miserable, no estaba acostumbrada a andar “Bruja “y era una experiencia que no le agradaba en absoluto, esa seguridad que siempre la acompañaba ahora parecía estar ausente en su mayor parte. Titubeante observo el mostrador, tenía la esperanza de que fuera una mujer quien atendiera pero claro, en días así nada es lo que quisieras.
Tras el mostrador, estaba un viejo sesentón, con una expresión de roca en la cara, esa expresión que no quieres ver en alguien a quien pides un favor. Vanessa sintió llegar a su lado a “Poncho” pero decidió ignorarlo. Resignada tomo aire y humilde rogo.- Señor, ¿Podría dejarme hacer una llamada?- El rostro del viejo no modifico y ella agrego suplicante.- Nos acaban de robar y necesito llamar, para que vengan por mí.
Sin pronunciar una palabra, el viejo le ofreció un aparato inalámbrico y cuando termino la llamada con la cara húmeda de llanto, el hombre recibió el teléfono y le entrego un trozo de pan, para el susto.
Continuara…
sábado, 31 de enero de 2015
Mascaras
Entre ellos sobresalian un par bastante cotorros, que hacian bromas y se las contestaban de un extremo a otro de la fila, mientras los demas les festejaban con risas y comentarios. Yo, trepado en mi escalerita, disfrutaba verme envuelto en la situacion y no podia disimular la gran sonrisa que se habia apropiado de mis labios desde que estas personas aparecieron en el pasillo, el trabajo se hizo mas ligero y ni el paso del tiempo note.
Habia transcurrido un rato apenas cuando se presento una enfermera y con actitud despota e intransigente, ordeno regresaran las bancas al sitio de donde las habian tomado ysolto un rollote sobre la educacion y las maneras, que hasta los oidos me zumbaron. El tipico sermon que se da alos chiquillos pero aplicado a adultos de cuarenta para arriba, mientras escupia latigazos iba recorriendo la fila con mirada de autosuficiencia y placer, hasta quese encontro con los ojos de una mujer madura de pelo castaño que no habia pronunciado palabra, durante todo el discurso de la enfermera.
-Mira que sorpresa.- Exclamo la mujer de la fila.- No sabia que eras tan buena educando. Ahora platicanos de tus hijos, quectesalieron rateros y marihuanos. ¿Que? ¿Todavia no sabias educar tan bien como hoy? ¿o que paso entonces?
La enfermera se alejo murmurando, con paso de guajolote arreado y al cabo de unos minutos llego otra enfermera a repartir fichas y controlar la fila, no puso reparos en que volvieran a utilizarse las bancas y todo volvio a la normalidad, aunque yasin aquel aire festivo que tan bien le viniera a la mañana. La mujer de la fila informo a todos sobre la vida de la enfermera y como por esta estar trabajando, descuido a los hijos y estos se volvieron mala cabeza. Yo me quede meditando en lo facil que es darnosla de perfectos donde nadie nos conoce y en lo facil que te desenmascaran cuando menos te lo esperas.
Se Feliz.
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