Pero todo esto fue (y es) real, y al día de hoy, nadie ha logrado resolverlo.
LOS HECHOS:
Según el patólogo Sir John Burton Cleland, el hombre, de apariencia "británica", tendría entre cuarenta y cuarenta y cinco años de edad, estando en perfectas condiciones físicas. Media 1,80 metros de altura, con ojos color castaño-claro, cabello rubio y ligeramente grisáceo, hombros largos, cintura estrecha, manos y uñas sin señales de trabajo manual, con el primer y quinto dedo de los pies en forma triangular, como los de un bailarían o agricultor. Estaba vestido con una camisa blanca, corbata color rojo y azul, pantalón marrón, medias y zapatos, y, aunque el día y la noche estuvieran cálidos, un suéter tricotado marrón y una chaqueta marrón estilo europeo. Ninguna de sus prendas tenía etiquetas y no usaba sombrero, algo poco común en 1948, especialmente para alguien que vestía traje. No tenía cicatrices y no portaba documentación de identidad, lo que llevó a la policía a acreditar inicialmente que sería un caso de suicidio.
Cuando los policías llegaron al lugar del crimen, percibieron que el cuerpo no había sido perturbado y que el brazo izquierdo del hombre estaba en posición recta, y el derecho doblado. Un cigarrillo sin usar estaba atrás de su oreja, mientras que otro que había sido utilizado hasta la mitad estaba a la derecha de su chaqueta, alineado con su mejilla. Continua... Se Feliz.
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