Entre ellos sobresalian un par bastante cotorros, que hacian bromas y se las contestaban de un extremo a otro de la fila, mientras los demas les festejaban con risas y comentarios. Yo, trepado en mi escalerita, disfrutaba verme envuelto en la situacion y no podia disimular la gran sonrisa que se habia apropiado de mis labios desde que estas personas aparecieron en el pasillo, el trabajo se hizo mas ligero y ni el paso del tiempo note.
Habia transcurrido un rato apenas cuando se presento una enfermera y con actitud despota e intransigente, ordeno regresaran las bancas al sitio de donde las habian tomado ysolto un rollote sobre la educacion y las maneras, que hasta los oidos me zumbaron. El tipico sermon que se da alos chiquillos pero aplicado a adultos de cuarenta para arriba, mientras escupia latigazos iba recorriendo la fila con mirada de autosuficiencia y placer, hasta quese encontro con los ojos de una mujer madura de pelo castaño que no habia pronunciado palabra, durante todo el discurso de la enfermera.
-Mira que sorpresa.- Exclamo la mujer de la fila.- No sabia que eras tan buena educando. Ahora platicanos de tus hijos, quectesalieron rateros y marihuanos. ¿Que? ¿Todavia no sabias educar tan bien como hoy? ¿o que paso entonces?
La enfermera se alejo murmurando, con paso de guajolote arreado y al cabo de unos minutos llego otra enfermera a repartir fichas y controlar la fila, no puso reparos en que volvieran a utilizarse las bancas y todo volvio a la normalidad, aunque yasin aquel aire festivo que tan bien le viniera a la mañana. La mujer de la fila informo a todos sobre la vida de la enfermera y como por esta estar trabajando, descuido a los hijos y estos se volvieron mala cabeza. Yo me quede meditando en lo facil que es darnosla de perfectos donde nadie nos conoce y en lo facil que te desenmascaran cuando menos te lo esperas.
Se Feliz.
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